SEA extiende plazo para que INSER S.A. responda críticas formuladas al proyecto de Relleno Sanitario

El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región del Maule extendió hasta el 28 de noviembre el plazo para que el grupo económico INSER S.A. logre responder el Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y Ampliaciones (ICSARA); documento ingresado hace 5 meses y emanado con críticas y cuestionamientos por parte de la comunidad, además de otras instituciones pertinentes que levantaron indicaciones al pretendido proyecto de vertedero en el cerro ancestral y campesino Gúmera-Quilipín, entre las comunas de Villa Alegre y Yerbas Buenas.
Si bien la fecha tope establecida por el SEA era el 03 de septiembre, en una carta enviada el 27 de agosto a la institución con sede en el Maule, el representante legal del proyecto, Giorgio Beucci, señaló que “resulta indispensable contar con un plazo adicional al originalmente otorgado, con el fin de responder de manera integral a cada una de las observaciones contenidas en el ICSARA (…) lo que demanda tiempo adicional para asegurar la calidad técnica…”.
A través de la presente comunico a usted que requiero de mayor tiempo que el otorgado para responder el Informe (…) solicito que se extienda la suspensión que resta para finalizar el procedimiento de evaluación de el Estudio de Impacto Ambiental (…) la fecha en que culminará la requerida suspensión será el 31 de marzo de 2026.
Dos días después, el SEA respondió a la empresa resolvieno que el nuevo vencimiento de plazo se extendería para novimebre, con el objetivo de “continuar con el procedimiento de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA)”. Desde la comunidad existe convencimiento que la empresa está solicitando más plazo para “ganar tiempo”, pues no tiene los anecedentes ni estudios suficientes para viabilizar el proyecto cuestionado fuertemente por la ciudadanía desde su primera amenaza de instalación en 2013.
Asimismo, las personas en la región del Maule están observando el comporamiento y prioridades del SEA, una institución que decara en su misión “contribuir al desarrollo sostenible” mediante la “evaluación ambiental técnico, eficiente y de excelencia, que incorpore el cambio climático, garantizando el pleno ejercicio de los derechos de acceso a la información y participación ciudadana”, para “proteger el medio ambiente y resguardar el bienestar de las personas”.
Con todo, las personas entienden que se trata plazos, argucias y protocolos que el SEA está llamado a cumplir, sin embargo también existe la percepción de que las fechas establecidas debiesen ser respetadas, toda vez que la empresa no esgrimió estos argumentos sino hasta el vencimiento del plazo inicialmente otorgado, siendo la empresa podría en haber planteado la solicitud de ampliación desde hace meses e incliso cuando se ingresó el documento ICSARA.
AGRUPACIONES INDÍGENAS AÚN ESPERAN RESPUESTAS
Entre las cientos de críticas y cuestionamientos aún por responder desde la INSER S.A., se considera la inexistente consulta indígena, y la consecuente exigencia al SEA de que se realice un estudio en este sentido, tal y como lo han demandado las agrupaciones indígenas Kuramapu y Ngen Winkul Anai; pertenecientes a las comunas de Villa Alegre y Yerbas Buenas, respectivamente.
Cabe recordar que luego de la “visita técnica” realizada por el equipo de participación cudadana y “Medio Humano” del SEA en abril de 2025, Gilberto Melipil, presidente de Kuramapu, instó al organismo medioambiental a realizar a la brevedad una consulta indígena real “para que ellos (SEA) puedan darse cuenta de lo que el pueblo indígena piensa sobre nuestra tierra y sobre la naturaleza donde vivimos”.
DIVERSOS SECTORES DE LA REGIÓN CONFLUYEN EN IMPORTANTE JORNADA DE PORTESTA
El viernes 22 de agosto de 2025, vecinas y vecinos del sector de La Faja, Putagán, Coironal, Gúmera, Yerbas Buenas, Villa Alegre, Linares y Colbún, se reunieron en la sede comunitaria de Putagán para protestar contra este proyecto que -aseguran- afectarán los modos de vida, la agricultura familiar campesina y a los pequeños productores; así como el trabajo y la calidad de vida de las personas, además del evdente impacto a la flora, fauna, tierra y agua de la zona.
Sin duda, la resistencia a este tipo de proyectos, vertederos y lógicas de acopio masivo de residuos y basura desde diferentes comunas requerirá de una diversidad de cciones que no se agotan en la movilización social. Muy por el contrario, se trata de una tarea que nos interpela colectivamente, y también individual y familiarmente, respecto de las medidas que estemos dispuestas a emplear para cambiar el sentido común aún dominante, cual es despojarse la basura junto con la responsabilidad ética de hacerse cargo. Quizás repensar críticamente nuestras formas de consumo también contribuya; entre otras múltiples posibilidades de volver a educarnos socioambientalmente.
Una misión que en pleno el siglo xxi exigirá de todas nuestras fuerzas y creatividad; en un camino tan difícil como urgente de transitar: un cambio cultural que, sin exagerar, será de vida o muerte.







